//MoonShine

Lo pequeño se hace grande día a día

Al principio sólo un poco. No gozábamos vernos, sólo un par de minutos, una o dos veces a la semana. No hablábamos, yo era demasiado tímida para llamarlo y él era demasiado despistado para poner saldo. Me llegó un mensaje suyo: "No tengo internet, así que estaré unos días sin conectarme". Pensaba que estaba ciega, que no veía que era él quien no quería verme, pero me di cuenta de que no era así, sino ¿por qué iba a tomarse la molestia de ir a un locutorio para enviarme el mensaje? Empezamos a quedar más porque no podíamos hablar, él venía a verme porque por ese entonces yo no podía salir de mi casa a causa de una enfermedad. Empezamos a hablar y hablar, a contarnos cosas, cosas que nunca hubiéramos contado a nadie, pero ahí estábamos descifrando nuestros secretos más recónditos. Tenía la voz suave, embelesaba. Me encantaba oírlo hablar sin escuchar lo que me decía, simplemente estar atenta a su voz, sus ojos, a esa carita de niño pequeño que no podía esconder.
Ahora es más que todo eso, ahora lo pequeño se ha hecho grande día a día.